23 noviembre 2009

R.I.P



Este blog ha sido asesinado por el olvido al que lo sometió su propia autora, quien se decantó por la vía fácil del microblogging... Como dijo Ceratti: "¡Gracias totales!".

See you on Twitter.

18 mayo 2009

Adiós a Benedetti

Se nos fue ayer el maestro Mario Benedetti. Poeta de poetas, amante de las letras, escribidor de sentimientos, recolector de sueños... ¡Grande Benedetti!

¿Quién no ha tratado de conquistar o ha sido tratado/a de conquistar con su poema más reconocido Táctica y Estrategia?.

Les dejo aquí uno de sus poemas. Habla de la vida, la resume magníficamente, desde que abrimos los ojos por primera vez, hasta que volvemos a cerrarlos para siempre, como lo hizo él ayer.

Currículum

El cuento es muy sencillo,
usted nace,
contempla atribulado el rojo azul del cielo,
el pájaro que emigra,
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente.

Usted sufre,
reclama por comida
y por costumbre,
por obligación,
llora limpio de culpas,
extenuado,
hasta que el sueño lo descalifica.

Usted ama,
se transfigura y ama
por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se vuelve tierno
y el corazón profético,
se convierte en escombros.

Usted aprende
y usa lo aprendido,
para volerse lentamente sabio,
para saber que al fin el mundo es ésto,
en su mejor momento una nostalgia,
en su peor momento un desamparo,
y siempre, siempre
un lío,
entonces,
usted muere.

25 marzo 2009

Quisiera y tantas cosas más quisiera...

Estoy a pocos días de regresar a mi país, prestada por unos días, con la maravillosa excusa de la semana santa.

Ya me siento de aquí, pero me falta el allá. Me parece que en poco tiempo, voy a sentir que, como en la canción de Facundo Cabral, "no soy de aquí, ni soy de allá". Me hace falta mi Colombia y llevo ya varios días pensando en lo que desearé hacer allí, mientras dura mi fugaz visita.

He aquí un pequeño listado de mis "Quisiera":

1. Arruncharme en la camita con mi mamá.
2. Ir a la casa de mi abuelita, arrancar yerbabuena del patio y prepararme una aromática.
3. Abrazar a mi papá.
4. Verle la cara a mi hermano cuando me canta "Batmaaaaaaaaan"...
5. Decirle a mi hermana lo mucho que me han servido sus consejos.
6. Hacerle ricitos en el pelo a mi primita mientras la abrazo.
7. Ver a toda mi extensa parentela.
8. Dormir en mi inestable cama.
9. Ir a comprar cualquier cosa y poder decir "regálame" sin que me busquen la cara de indigente.
10. Ir a la peluquería a hacerme manicure, pedicure, depilación, corte y cepillado y no sentir que ha sido un atraco a mano armada.
11. Tomar agua del grifo.
12. Ir a ver una película con subtítulos en español, no doblada. No más Will Smith diciendo "tío", en lugar de "man".
13. No tener que lavar mi ropa, ni limpiar mi apartamento, ni lavar los platos.
14. Escuchar Olímpica o Rumba Estéreo (ufff, nunca imaginé llegar a decir algo así).
15. Ir a Salsa Camará o a Café y Libro a bailar salsa de verdad. Hasta que se me revienten los pies.
16. Tomar café con mis amigas.
17. Beber hasta el amanecer con mis amigos.
18. Meterme en un trancón de verdad verdad, de esos que no se logran imaginar por acá.
19. Manejar por la sabana de Bogotá
20. Ir al Simón Bolívar. Ver verde.
21. Abrir la cortina de mi habitación y ver el prado verde, el árbol que me hace sombra y las florecitas rosaditas del antejardín.
22. Caminar por la Candelaria.
23. Irme a pie al centro comercial.
24. Gastar en pesos!
25. Tomarme un tinto en cualquier cafetería de barrio.
26. Ver llover como la ley manda: con truenos y rayos. Un aguacero de esos que dan miedo.
27. Hacer un asado en el patio de la casa de mi abuelita.
28. Quiero comer:
- Sancochito de mi mamá.
- Ajiaco de mi tía.
- Pie de piña de mi abuelita.
- Antipasto de mi hermana.
- Hamburguesa del Corral.
- Pollo de Kokoriko.
- Helado de Crepes & Waffles.
- Butifarra, alegría y queso costeño importados desde B/quilla.
- Churrasco.
- Arroz con pollo.
- Chunchullo.
- Mazorca asada de grano grande.
- Morcilla de arroz.
- Roscón con bocadillo.
- Almojábana.
- Pan de Yuca.
- Arepa boyacense.
- Tamal de arroz.
- Queso campesino.
- Papa criolla.
- Patacón.
29. Quiero tomar:
- Yogurt líquido.
- Salpicón.
- Cerveza Costeña.
- Jugo de mora.
- Jugo de lulo.
- Jugo de guanábana.
- Jugo de mandarina.
- Jugo de maracuyá.
- Jugo de tomate de árbol.
- Jugo de tamarindo.
- Jugo de níspero.
- Masato.
- Chicha.
- Raspado.
- Una copita de aguardiente Antioqueño (¿por qué no?)
30. Volver a mi casa, feliz, recargada y lista para seguir con la vida que he elegido.

27 febrero 2009

Estás aquí para ser feliz

El nuevo comercial de Coca-Cola es sencillamente espectacular. La marca siempre se ha caracterizado por su exitosa publicidad y ésta última no podía ser la excepción.

Es la versión de España, pero me parece que aplica para cualquiera. Aquí se las dejo:


27 enero 2009

Déjame que te cuente...

Estoy encarretadísima con un libro.

Antes, debo decir que el libro como que me perseguía, pero yo no lo volteaba ni a mirar porque parecía ser uno de esos tantos de superación personal que tratan de enseñarte a ser mejor persona sin siquiera conocer qué tan malo eres.

La primera compra que hice aquí en Barcelona fue un libro (de cocina, valga la aclaración) y debo confesar con enrojecimiento facial evidente, que está adornando mi cocina, intacto, tal y como llegó del Corte Inglés. La segunda compra que hice, fue otro libro Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez, con el que pretendía acercar a la literatura colombiana a un nativo de estas tierras.

Total, todo esto para decir que el libro que ahora ocupa mis noches, me perseguía en cada librería y estantería que se me cruzaba por el camino; aún cuando no estaba en plan búsqueda de algún libro.

Hace pocos días y esculcando la biblioteca del piso en donde vivo, y sin conocer previamente su existencia, me encontré el libro de nuevo y por última vez. Ahora sí que hice caso a su llamado y procedí a robarlo por unos días para mí.

Se trata de Déjame que te cuente, escrito por Jorge Bucay, psiquiatra y psicoterapeuta gestáltico (mi traducción personal: meimportaunculista) argentino que trabaja en México, España y Argentina.

El libro es narrado por una tercera persona (Demián), paciente de Bucay, que cuenta cómo éste, tiene una forma bien particular de hacerle encontrar las respuestas que busca, a través de un cuento, una fábula o cualquier historia que se ajusta perfectamente a cada situación por las que atraviesa. Cuentos que le resultan útiles no sólo a Demián, sino también a cualquier ser humano mortal.

Estoy encantada con el libro y sólo quería comentar la persecución que me montó, hasta que me pilló infraganti en la biblioteca de mi casa. Recomendadísimo.