11 marzo 2011

"EN LA LUCHA"

He de confesar que, para mí, una de las respuestas más patéticas que pueda existir a las preguntas ¿cómo estás? o ¿cómo va todo? sea un mediocre "ahí, en la lucha" y así me lo parece porque siempre me ha hecho pensar que quien da tal respuesta, es una persona con pocas esperanzas, ilusiones o metas en la vida y no quiero juzgar a nadie a priori, pero la verdad es que cuando me responden así, me pregunto ¿a éste qué le pasa?... ¿le falta una mano, un pie, o cualquier órgano vital?, duda que se despeja de inmediato con una simple mirada de soslayo, que me evidencia que en realidad el personaje es un afortunado y no carece de nada, al menos no de forma patente.

Ahora resulta que la vida me ha hecho encontrar una razón para la existencia de tal respuesta y no es que ya no me caiga gorda, ni que la justifique, sino porque en realidad hay personas (que nunca contestarán de tal manera) para quienes el día a día se les ha convertido en una gran lucha... Me refiero a todas esas personas que a diario se enfrentan al miedo que les produce padecer una enfermedad de las duras, de las gordas, de las de verdad verdad, entre ellas el cáncer, y que no desfallecen "en la lucha" que trae el sobrellevar la vida con un habitante interno al que no se le ha hecho ninguna invitación y que nunca, jamás, será bienvenido.

Pues sí señores, el cáncer se entrometió en la vida de mi familia sin ser invitado, ni deseado; ahí está, haciendo que mi madre cada día siga "en la lucha". Fue a ella a la que le tocó poner el cuerpo esta vez, aunque todos quienes la amamos, también estamos poniendo el alma y el corazón en esta lucha infame.